miércoles, 13 de julio de 2011

LA CORRUPCION NOS TRAJO MUGRE Y NOS DEJO SIN PLAZA


La gestión de Francisco Virgilio Gutiérrez gastó 128 mil pesos para realizar los 64 puestos que se destinaron a los artesanos en la plaza de la Estación de Quilmes.
La cifra de por si, es un despropósito si se toma en cuenta la precariedad de estos puestos, que encima, son de un muy mal gusto, lo que ha hecho que la gente llame al paseo “la ranchada”.
Pero encima la contratación para este trabajo esta lleno de sospechas. Es que la “empresaria” beneficiada por una contratación de 128 mil pesos, no figura en las páginas de la AFIP y de ARBA como contribuyente y las facturas presentadas por semejante cifra, son correlativas pese a que entre ambos pagos hay dos meses de diferencia -los de Navidad- en los que se supone que los comercios más facturan.
No es la única irregularidad de esta contratación altamente sospechosa, que hace recordar a las “empresas fantasmas” de Geronés. Si hasta existe un ingrediente en común: La “empresaria”, Claudia Giselle Bártoli; aparece en la actualidad como deudora “irrecuperable” de la tarjeta Italcred por la suma de 600 pesos.
En las fojas 74, 75, 76 y 77 del Expediente HCD 2-19678; aparecen las facturas de la mueblería “José Luis”, la firma de Claudia Bártoli, por un total de 100 mil pesos correspondientes a la confección de 50 exhibidores (los famosos y pésimos puestos).
Tienen los números 0039, 0040, 0041 y 0042. La fecha de emisión es el 22 de diciembre de 2008.
En las fojas 129 a 132 del mismo expediente, se encuentran las facturas 0043, 0044, 0045 y 0046 por el monto de 28 mil pesos. Estas fueron emitidas con fecha 19 de febrero de 2009.
Como se observa, la señora Claudia Bártoli, tuvo en esos dos meses de actividad comercial un único cliente: La Municipalidad de Quilmes.
Las desprolijidades que se observan en el expediente municipal son vergonzosas:  Desdoblamiento de ordenes de compra para evitar las licitaciones; convocatoria a “empresas” recién inscriptas y con nulos antecedentes, falta de documentación obligatoria para siquiera inscribir como proveedor a quien después se lleva 128 mil pesos.
En el expediente no aparecen por ejemplo, los pagos del Monotributo y de Ingresos Brutos e insólitamente, los de la Tasa de Seguridad e Higiene que cobra la Municipalidad. Sólo la Tasa de Servicios Generales (o ABL) la que abonan todos los vecinos.
También es sospechosa el desdoblado concurso que permitió a Bártoli hacerse de semejante monto de dinero. Las empresas invitadas junto con la ganadora, Marino Cetra e Hijos y Compañía de Materiales S. A. ; no son precisamente constructoras de stand o exhibidores de madera.

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